Esta es una pregunta cada vez más frecuente debido al crecimiento acelerado de este tipo de enfermedades a escala mundial y que está directamente ligada al envejecimiento poblacional.
Las enfermedades neurodegenerativas constituyen una de las principales fuentes de incapacidad en la población de más de 60 años de edad con una notable repercusión sobre los sistemas sociales, económicos y sanitarios de todo el mundo.
Este tipo de enfermedades se caracteriza por la muerte de neuronas en diferentes regiones del sistema nervioso y el consiguiente deterioro funcional de las partes afectadas. En general provocan alteraciones en muchas actividades y funciones corporales como es el equilibrio, la movilidad, el habla, la respiración y la función cardíaca, entre otras. Dentro de las enfermedades neurodegenerativas más frecuentes encontramos: Enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
Muy poco se conocía hace varios años sobre las causas de estas enfermedades que permitieran una actuación más eficaz sobre las mismas o, al menos, un mejor conocimiento de su fisiopatología. Pero los avances logrados en los últimos años han sido muy positivos, de tal modo que se están abriendo nuevas vías de investigación en varias áreas, dentro de las que se destaca el uso de células madre, con las cuales cada vez se trata un mayor número de personas, alcanzando nuevos caminos y aumentando las expectativas terapéuticas para los pacientes.
La capacidad de las células madre de autorenovarse y dar lugar a las siguientes generaciones celulares con grados variables de capacidad de diferenciación ofrece un gran potencial para la regeneración de tejidos que potencialmente pueden reemplazar áreas enfermas o dañadas, con un mínimo riesgo de rechazo y efectos secundarios.
Para enfermedades neurodegenerativas, se ha demostrado que las células madre mesenquimales son potencialmente capaces de autorenovarse continuamente; son el foco de investigación para la regeneración de tejido nervioso, y de esta forma poder lograr la cura definitiva para enfermedades degenerativas crónicas; además son la clave para el estudio en laboratorio del origen de muchas enfermedades humanas y el envejecimiento. Una vez activadas y luego introducidas, las células madre proliferan, migran y se establecen en los sitios con daño tisular como el tejido nervioso, mejorando de esta forma la neurogénesis endógena.
Desde que se ha descubierto el enorme potencial de las células madre, han suscitado gran interés para las aplicaciones terapéuticas en un sin número de enfermedades que hasta la fecha no tienen un tratamiento efectivo, por lo que en la actualidad las células madre sí sirven y ofrecen una alternativa para el tratamiento de múltiples enfermedades neurodegenerativas, mejorando la calidad de vida de los pacientes. A pesar de estos grandes avances, queda mucho por investigar y conocer más beneficios de las células madre, que desde ya son consideradas lo que será la medicina del futuro.