Gracias a los avances médicos controlar la artritis reumatoide con un tratamiento efectivo, que además de regenerar el tejido pueda aliviar el dolor, la inflamación y mejorar la movilidad, es posible hoy en día utilizando células madre.
Dr. José Guillermo Galván Orlich
La artritis reumatoide es una enfermedad dolorosa y potencialmente incapacitante, diferente de la mayoría de las formas de artritis ya que no solo es una enfermedad inflamatoria, es también considerada una enfermedad autoinmune, es decir, que nuestro cuerpo se ataca a sí mismo.
Cuando se presenta puede cursar con dolor, rigidez, principalmente matutina, hinchazón y pérdida de la movilidad articular, y afecta especialmente a las articulaciones más móviles como las de las manos y los pies, así como muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas.
La inflamación mantenida y no controlada puede acabar dañando los huesos, ligamentos y tendones que hay alrededor de la articulación, lo cual conduce a una deformidad progresiva de las articulaciones, a la pérdida de la capacidad para realizar las tareas de la vida cotidiana y a un deterioro de la calidad y de la expectativa de vida. Asimismo, esta patología puede dañar otros órganos y sistemas como el pulmón, el corazón y el riñón.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 30 personas alrededor del mundo sufre de artritis reumatoide, puede afectar tanto a hombres y mujeres de casi todas las edades y de todas las razas. Sin embargo, las mujeres son tres veces más vulnerables a la artritis que los hombres. El costo económico de su tratamiento de por vida y discapacidad que puede generar en las personas que lo sufren puede ser muy grande.
El tratamiento habitual para la artritis reumatoide proporciona cierto alivio del dolor, pero no la cura. Incluso muchas personas tienen episodios de dolor intenso incluso con medicamentos. Además, con el tratamiento tradicional la deformación conjunta y daño a órganos siguen ocurriendo, por ejemplo al utilizar corticoides o antiinflamatorios estos pueden ayudar aliviar el dolor u otros síntomas, pero no tienen la capacidad para restaurar el tejido perdido.
Recientes investigaciones científicas alrededor del mundo han demostrado que la terapia con células madre no solo alivia el dolor y la inflamación. En muchos casos, la terapia con células madre ofrece remisión a largo plazo o incluso posiblemente cura la artritis reumatoide.
Las células madre adultas, tienen el potencial de transformarse en células funcionales en diversos tejidos como nervio, músculo, tendón, ligamento, cartílago y otros. Además, son células inmunomoduladoras, es decir, son capaces de frenar y estabilizar la respuesta inmune, induciendo la producción de células T reguladoras, un tipo de célula inmune, cuya función es proteger el cuerpo contra el auto-ataque inmunológico, es decir evitar que nuestro cuerpo siga atacando nuestras articulaciones.
A diferencia de los tratamientos dirigidos a aliviar los síntomas, la terapia con células madre detienen el daño y restauran la función de las articulaciones dañadas. También permite a los pacientes disminuir los fármacos tradicionales para el dolor y la inflamación que pueden tener efectos secundarios graves. Las mejoras clínicas inicio, duración y calidad puede variar de un paciente a otro dependiendo de factores como la salud general, edad, duración de la condición, y las enfermedades concomitantes.
Para obtener más información sobre la terapia de células madre, puedes contactar al número 2263-0101